sábado, 30 de enero de 2010

Reconocerse

Me miro y no me reconozco.

Enciendo la luz del cuarto de baño y sólo veo moratones en mi conciencia.

Me lavo los dientes y pienso que ya es hora de depilarme las cejas,

aunque siempre encuentro alguna excusa para olvidar mi reflejo y mis ojeras.

Han pasado muchos meses desde la última vez que me encontré conmigo cara a cara.

Entonces me miraba en el espejo y contemplaba mi ilusión, sus dudas, nuestros miedos.

Ahora el cristal me devuelve angustia, facturas y pensamientos de un futuro inconexo.

Suena el telefonillo y corro a abrir la puerta.

Le miro en silencio.

Hace mucho que abandonamos la perfección de las parejas felices.

Ahora sólo somos dos extraños condenados a no entenderse y a quererse a ratos.

Enciendo la calefacción en este invierno anticipado.

Vuelvo al cuarto de baño,

cojo las pinzas de depilar y me miro otra vez en el espejo.

Soy yo, aunque no me reconozco.

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